A tono con la parálisis en la economía nacional («estancflación» según los expertos: estancamiento con inflación), se complica la situación de los comercios locales: «todo está muy parado, si alquilas un local trabajas para pagar la boleta de luz que ahora llega sin subsidio», comenta un vecino de Villa Allende que debió cerrar sus puertas hace poco.
«Pese a la lluvia no hay movimiento, la gente no toma taxi», dice un tachero en Unquillo. A este panorama se suma la noticia del cierre de un supermercado en Río Ceballos cuyos empleados estarían recibiendo distintas propuestas: «a los que son más viejos les ofrecen trabajo en Villa Allende o Córdoba, a los demás nos están ofreciendo la indemnización» comenta un trabajador de la cadena. Una prueba de la partida es la poca cantidad de productos que se mantienen en góndola.
Un banco si tiene espaldas
En contrapartidas, frente a un local que hoy luce vacío y donde antes había una heladería, hoy se construye una galeria de compras que incluirá entre sus comercios a una sucursal del Banco Macro. Se trata de la sucursal que se edifica en donde funcionaba el hotel 18 de marzo. Como síntesis, un comerciante señaló: «además de la recesión, los alquileres están demasiado caros, muy difíciles de afrontar para el pequeño comerciante».
