Schiaretti le dio una paliza a un Cambiemos dividido

Los números finales hablan de casi 40 untos de diferencia entre Juan Schiaretti y Mario Negri, 44 puntos de distancia respecto de Ramón Mestre.

Negri reconoció el «mensaje de las urnas», mientras que Mestre pidió disculpas por «no haber sabido consensuar». Mientras Schiaretti festejaba por todo lo alto su victoria más importante y también más propia, ya sin José Manuel De La Sota como contrafigua partidaria.

«Los de afuera son de palo» dijo estqa mañana el gobernador, tal vez en alusión a figuras de Alternativa Federal que buscarían sumarse a este triunfo de cara al marco nacional. O quizas se refería a los dichos de Lilita Carrio, que trajo sus desatinos como apoyo a la campaña de su compañero de bancada Mario Negri.

Se impusieron los oficialismos en el Departamento Colón

Schiaretti ganó sin transpiar y lo que es más complejo aún, es que Llaryora ganó la intendencia de Córdoba Capital casi sin hacer campaña. No hubo debates, ni entrevistas, ni nada de nada. Solo fotos en gigantografías y algunos slogans vacíos de contenido tanto desde el oficialismo como desde la oposición. «Homo Videns» de Giovani Sartori se expresó en su máximo apogeo, ya que en esta campaña como nunca antes, votamos imágenes.

Queda ahora un largo trecho por delante para el ajedrez nacional, donde el gobernador se posiciona como jugador de peso y artifice de la factibilidad o no del armado del PJ a nivel nacional (¿con Cristina?).

En el ámbito local, la casi extinta Legislatura, transformada en un mero espacio de escribanía y entrega de reconocimientos desde la «Ley Bodega», reduce aún más sus voces opositoras con la amplisima mayoría que tendrá ahora el oficialismo para gobernar.

Pocos medios de comunicacion (un multimedio nacional y una radio), un Gobierno sin oposición que manejará además la Capital Provincial, ese es el panorama del gobernador reelecto tiene ante si la gran chance de hacer lo que busque sin resistencias y sin control.

En el ámbito local y nacional, la paliza recibida por Cambiemos (por más que desde Casa Rosada y Télam titulen como «derrota del radicalismo dividido»), habla de una ruptura con lo que la sociedad cordobesa buscó en las urnas en 2015. La alianza encabezada por Macri no supo cuidar el caudal propio de votos en la Provincia que lo llevó al poder. Es probable que sea la misma Provincia, orgullosa, terca y algo engreída, quien lo despoje de ese poder en un camino electoral que inicio hoy.

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