LA SELECCIÓN TRAE LA COPA DE REGRESO A CASA

(ANSA) – DOHA 18 DIC – Argentina se consagró hoy campeona mundial del sufrimiento, una tierra acostumbrada a sufrir en la que nacieron los campeones del mundo que celebran en Qatar la tercera Copa de la historia, la que pedía su gente, la que reivindica a la historia con Lionel Messi, el capitán que finalmente pudo alzarla al cielo, como todos querían, como él soñaba en su última participación.
Y lo hizo como lo había hecho a lo largo de un Mundial inolvidable en Qatar en una final inolvidable que se definió por penales después de 120′ de juego electrizantes en los que estuvo dos goles arriba en tiempo reglamentario, se puso en ventaja en el suplementario, pero debió esperar hasta la definición desde los 12 pasos para asegurar el ansiado título.
La sonrisa de Messi tras el remate de Gonzalo Montiel que definió la serie por 4-2, terminó siendo la mejor imagen del sueño cumplido, la foto de este Mundial que sepulta definitivamente aquella otra postal de Brasil 2014, cuando observaba con la mirada perdida la Copa que hoy finalmente pudo alzar al cielo.
Un cielo desde que festejará Diego Maradona, el eterno, el siempre presente, el que reencarnó en él para devolverle la alegría a un pueblo golpeado y destronar a una Francia que parecía resucitar de la mano de un Kylian Mbappé que tres veces volvió a ponerla en carrera antes de abdicar al trono.
Hay nuevo campeón del mundo y se celebra como un desahogo, en Lusail, en Buenos Aires y en todo un país que explotó tras el último remate dejando salir la tensión contenida en un grito interminable para que se escuche en todos los rincones del planeta, para que festeje Messi, que esperó toda su vida por este festejo.
Dos goles convirtió hoy para romper el maleficio, el primero de penal a los 23′ tras una falta generada por Angel Di María, el otro sobreviviente de aquella final de 2014 en el Maracaná, donde se había sacado la espina al convertir el gol de la final ante Brasil en la Copa América y luego de otro que significó el oro olímpico en Pekín 2008.
El «Fideo», que a los 36′ estiró una ventaja que parecía inalcanzable tras un contragolpe fulminante iniciado por Messi ante una Francia superada en todos los sectores de la cancha y lo celebró con su gesto típico del corazón formado con sus manos dedicado a su hija que debió ser internada justo en vísperas de esta final histórica.
Un Di María que arrancó como titular, que lloró de emoción, como muchos lloraron cuando el mundo parecía venirse abajo después de 75 minutos de dominio absoluto de esta Argentina ante una Francia que en tres minutos pareció derrumbar el sueño.
Dos estocadas de Mbappé, la primera tras un penal cometido por Nicolás Otamendi que el delantero trocó por gol desde los 12 pasos a los 78′ y la siguiente a los 81′, cuando pareció asestar el golpe de nocaut con una volea en el área que no le dio opciones a Emiliano Martínez,.
Fue lo mejor que mostró el campeón mundial en ese tramo del partido en el que Argentina sintió el golpe y pareció perder el rumbo de un partido en el que había asfixiado al equipo de Didier Deschamps desde el pitazo inicial del polaco Szymon Marciniak.
Pero dos descuidos dejaron todo como al principio y de la mano de Mbappé y de los cambios que ensayó el DT francés antes del final del primer tiempo, cuando salieron Olivier Giroud y Ousmane Dembelé, los «Bleus» resucitaron y forzaron el alargue en un partido que parecía sentenciado.
Argentina, que en el séptimo minuto adicionados tuvo el gol del triunfo en los pies de Messi con un remate que logró desviar el arquero y capitán Hugo Lloris, debió resignarse a disputar la prórroga, como le sucedió frente a Países Bajos en cuartos tras haber estado dos goles arriba.
Pero supo reaccionar y en el arranque del suplementario y con Lautaro Martínez, que reemplazó al incansable Julián Alvarez, llegó dos veces como para volver a inclinar la balanza en dos jugadas en las que Dayot Upamecano apareció con dos cierres impecables para mantener viva a Francia.
Pocos minutos habían transcurridos del segundo tiempo complementario (109′) cuando un envío al área de Montiel, reemplazante de Nahuel Molina, encontró a Martínez y su remate llegó a ser conjurado por Lloris, aunque el rebote le quedó a Messi para que de derecha decretara el 3-2 pese al esfuerzo de un zagueropara rechazar el balón detrás de la línea de sentencia.
La jugada fue convalidada por el VAR tras revisar la posición del capitán, que llegó así a 13 goles en Copas del Mundo y a siete en esta edición, cifra sólo superada por Mbappé, quien a los 118′ volvió a aparecer para celebrar su octava conquista en Qatar, nuevamente desde los 12 pasos tras un penal por mano de Montiel.
Otra vez todo quedaba como al principio, pero habría tiempo para las últimas emociones con un par de llegadas de Francia, que tuvo la más clara en los pies de Randal Kolo Muani conjurada de manera providencial por el «Dibu» Martínez, a la que respondió Lautaro Martínez en la siguiente con un cabezazo desviado.
Así se consumieron los más de 120′ de juego electrizantes que dieron paso a la definición desde los 12 pasos, en la que Mbappé volvió a refrendar su categoría al convertir el primer remate y Messi la suya al hacer lo propio en el primero de Argentina.
Emilliano Martínez volvería a convertirse en héroe en el segundo de la serie de Kingsley Coman, antes de que Paulo Dybala pusiera a Argentina adelante con un remate al medio.
Aurélien Tchouaméni comenzó a presagiar el festejo «albiceleste» cuando remató desviado y Paredes aseguró el suyo tras lo cual Kolo Muani no falló y le dejó la responsabilidad de la definición a Montiel, quien con aplomó ejecutó al palo opuesto al elegido por Lloris y sentenció la serie.
Después sí Argentina pudo festejar tras haber sabido sufrir y Messi volvió a sonreír con una sonrisa que nunca más nadie podrá borrarle del rostro para alegría de su familia, que también sufrió en el palco. y de un país acostumbrado a sufrir que hoy celebra.
Festeja «la tierra de Diego y Lionel, como cantarán los fanáticos hasta el fin de los días porque «D10s» es argentino y permitió que Maradona y Messi nacieran en este país.
Festejan seguramente India y Bangladesh, que se encolumnaron con la «Scaloneta» desde la primera hora de este Mundial inolvidable, y festeja Sudamérica, que recupera la Copa del Mundo que Europa acaparó desde Alemania 2006 hasta estos días, los días felices de un Messi que finalmente pudo concretar su sueño, como lo merecía. (ANSA).

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