Poesía para respirar, arte para reagrupar

Defender la alegría que emanan las palabras entre cómplices de un contrato poético potente podría pensarse como una de las razones de ser de la tan mentada “batalla cultural que viene librándose en los últimos años en nuestro país, y de modo muy especial en Sierras Chicas. Podría, siempre y cuando pensar en “batalla cultural”, no remitiera de algún modo a una idea detrás de la que se esconden manifestaciones artísticas para pocos o despojos de un intento que en el cuerpo a cuerpo del día a día, no encuentran trincheras donde librarse.


Volver a la poesía encuentro cotidiano parece ser el terraplén desde donde hace frente común la troupe que, por segundo año consecutivo, ha logrado reunir el poeta y periodista, pero fundamentalmente agitador cultural: Manolo De la fuente.
Al grito de: “La poesía no es puro verso”, músicos, poetas, periodistas y hacedores culturales, se dieron cita el domingo en el espacio que “La Minerita” les viene ofreciendo en Unquillo y que, desde el atardecer de ayer, los volvió a congregar en el segundo encuentro de poetas.
“La poesía como refugio. La poesía como arma cargada de futuro. La poesía como forma de ver el mundo. La poesía como forma de vivir el mundo. La poesía como forma de transformarlo.
La poesía no es puro verso” , dispara Manolo al hablar del evento en el que, entre poemas y anécdotas fraternas se fueron hilvanando las presentaciones de la grilla de invitados.


Tras el convite inicial del anfitrión a pensarnos desde los eufemismos de nuestra lengua, ya de cara al Congreso Internacional de Lengua Española, la apertura del encuentro estuvo a cargo de los “Das”, banda local liderada por Victor Valente. “Un lugar”, de Alejandro Balbis, “El tipo de la radio” (Tabaré Cardozo), y “Pobreza cero, ¡ja!”, de factoría propia; fueron algunos de los temas con los que los músicos fusionaron candombe y murga poética con el decir cordobés.


La imagen y el relato de “La Tere Andruetto” se hicieron presentes en el proyector desde el que también se evocó el recuerdo de un Atahualpa Yupanqui que anduvo llevando cine ambulante por los pueblos del interior. Andruetto recitó el poema “Los hermanos García”, perteneciente a su obra “Sueño Americano”, con él evocó el pasaje difícil de su vida en tiempos del terror cuando muchos partieron al exilio y ella se refugió en la habitación que los hermanos del poema le facilitaron en un piso sobre una casa de citas, en la zona de Humberto Primo, de la capital cordobesa.
Los hermanos García / 1978-1983
Por la ventana que da a la Escuela Alberdi, veo pasar
hacia la noche a chicas como yo y a los muchachos.
Los escucho reír en la vereda, bajo esta ventana pequeña.
Es noche de sábado y los hermanos cocinan puchero
de falda y de quijada. Sé que otros se han escondido
en el Tigre, en la Patagonia o en Longchamps. Algunos

mandan señas, flores sobre la falda, desde Oslo,

Gotinga o Ámsterdam. Yo vivo tras este ojo de buey,

con la quijada contra el marco, mirando a las chicas

y muchachos que cruzan la avenida. Es también sábado

en la pieza del hotel, sobre los techos de esta casa

de citas, junto a la comisaría, donde alquilan

los camioneros sus siestas de amor con los colimbas

o las mujeres de la Humberto Primo. Aquí, tras el vidrio

de esta raja de luz, bajo el ala de unos gallegos venidos

de Inriville, espero que pasen los meses o los años.

García quiere decir Smith y el más común de los mortales

se llama Juan. Sube cada mañana la precaria escalera

con su manojo de llaves y comida y como una lonja

de sol me abre paso entre putas, milicos y viajantes.

La autora, nacida en Arroyo Cabral y actual residente de Cabana, aprovechó la ocasión para rendir su propio homenaje a otra escritora cordobesa de culto, Glauce Baldovín, poniendo su voz a un fragmento del “El libro de Lucía”
El turno le siguió luego a Luciano Debanne, joven comunicador y escritor que desde las redes acompaña con sus posteos literarios a sus seguidores/lectores, dando cuenta de nuevas formas textuales que conviven con la vida cotidiana de un espacio en donde la apuesta cultural intenta intervenir poéticamente la palabra pública. “Es menester, dice Debanne en uno de sus poemas que bien podrían retratar la atmósfera del encuentro, es menester que esté en la gente las ganas, las rabias, las veredas de enfrente cuando pasan por ella la vecina, sonriente […]Es menester que esté en la gente, los atardeceres; atardeceres comunes y corrientes, donde el sol se pone, y apenas llueve. Así como este.”


La maratónica velada dio lugar sucesivamente a la guitarra y voz de Diego Massimini (ex integrante de la agrupación “Mousse”) y a las anécdotas humorísticas de Antonio “Cascote” Granero, dueño de la legendaria Peña Cascote, quién rememoró la matriz cultural que vio surgir a “La papa de Hortensia” y por cuyos escenarios transitaron artistas de la talla de Armando Tejada Gómez, entre tantos folcloristas locales.

A cargo del humorista estuvo también el pase a los “Presenta trío”, a quienes invitó al escenario como los continuadores de aquellos grandes referentes del folclore al señalar: “el folclore nuestro sigue por acá”. Y es que, Marco Martina (percusión y batería), Maxi Bressanini (bajo y voz) y Bachi Freiría (guitarras y coros) conforman la banda que se formó en 2002 y que anoche hizo honor a su “free folclore” en un juego de sonoridades y ritmos en el que literalmente los músicos, hacedores de un irreverente folclore alternativo, “hicieron lo que se les canto”. En una performance plena de fusiones de jazz, rock y folclore, dieron cuenta tanto de la búsqueda artística tanto como de la calidad interpretativa que los convoca desde sus inicios.

En diálogo con Diariosierras, “Los Presenta” adelantaron los preparativos de su próximo y cuarto disco que ya está en proceso de factoría y que tendrá como invitados destacados al uruguayo Fernando Cabrera, a Suna Rocha, a los “Copla” y a muchos músicos locales que harán sus aportes al lenguaje musical inédito y potente que la banda propone.
Mientras la noche invitaba también a lo suyo, entre cervezas y empanadas, el público que apretadamente llenaba cada rincón de “La Minerita”, degustó con la misma avidez otro plato fuerte literario en el que se sucedieron la sutileza y la ternura del querido activista de la medicina y la poesía, Pecas Soriano, con los relatos de fútbol y militancia propuestos por las voces radiofónicas de Eduardo Echollez y el “ex” colorado Alejandro González con “el beso más largo del siglo”, cuento homenaje a Eva Perón.

Las más de siete horas de poesía y música ininterrumpidas contaron además con la presencia y las voces de Gustavo Visentín, Claudio Orellano y las interpretaciones del unquillense Miguel Rivayneira y de un Lucas Heredia que, a capella, llenó de sonoridad el aire serrano ya nocturno y despidió con una impecable versión propia de “tonada del viejo amor”, para completar la grilla de esta segunda batalla florida, liderada por un anfitrión como Manolo de la Fuente, que vestido de punta en blanco prometió, incendiar varios atardeceres más por los cielos de las Sierras Chicas.

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