Como ya es costumbre en el Camino al Cuadrado una bandada de patos cruza la ruta para ir a beber agua al otro lado del camino.
Lo hace con total tranquilidad y sabiendo que los automóviles aminorarán su paso ante su presencia, conducidos por quien guía el grupo. Los patos se suelen ver con frecuencia en la zona a unos dos kilómetros de la rotonda que une El Cuadrado con la ruta E53.