Alberto Rodríguez Maiztegui: «el lector in fábula es uno mismo»

En la recorrida que buscamos por creadores literarios locales, este fin de semana hablamos con Alberto Rodríguez Maiztegui, un exponente de la nueva camada de escritores cordobeses.



¿Cómo está compuesta tu obra?
Escribo narrativa y poesía. He publicado una nouvelle “Boyando” y un libro de poesía “Benshi” ambas en Caballo negro editora. También he publicado cuentos en distintas antologías.

¿Cómo es escribir en Córdoba?
Desconozco cómo será escribir en otras ciudades pero no debe ser muy distinto. Trabajo nueve horas por día y trato de escribir temprano antes de salir. Hace dos años empecé a coordinar dos talleres en la Librería Del Palacio y eso me forzó a releer muchas cosas; esos libros que uno recuerda algunos detalles y a los que volvés por esos fragmentos y descubrís otros y entonces ahí se genera una nueva lectura, un nuevo libro. Al momento de publicar yo tuve la suerte de ganar un premio en un concurso y que Alejo Carbonell sea uno de los jurados, ahí lo conocí y le comenté de “Boyando” la leyó, le gustó y comenzamos a trabajar juntos. Igual me lo podría haber cruzado en alguna feria de ediciones o donde sea y contarle de la novela, quizás aquel el concurso acortó los tiempos, nada más. Cada uno encuentra su modo de escribir y de vivir por más denso (o amable) sea el lugar en el que viva.



¿Se escribe para uno mismo o para un lector in fábula?
Leónidas Lamborghini en una entrevista que le hizo Sergio Raimondi dijo “Cómo lees, escribís” entonces el lector in fábula es uno mismo y a ese lector es al que se interpela.

Si fueses el personaje de «El nombre de la Rosa», ¿qué libros rescatarías de una biblioteca que se incendia?
Rescataría la obra completa de Borges que me regaló mi abuelo de su biblioteca, el tapa dura verde de Emecé, “El cuenco de plata” y “La chica del volcán” de Silvio Mattoni, “El vespertillo de las Parcas” de Arturo Carrera, “Cómo me reí” de César Aira, “Vivir en la salina” de Elvio Gandolfo “Harry Potter y el cáliz de fuego”, “Cuando Alice se subió a la mesa” de Jonathan Lethem y “Vida y destino” de Vasili Grossman; creo que esos entran en una mochila.

¿Autores para recomendar?
Además de los que me llevó en mi mochila inflamable, de afuera recomiendo Yves Bonnefoy, Henri Michaux, Donna Tartt, Ed McBain, Alfred Hayes, Patrick Rothfuss.
De acá recomiendo Tamara Kamenszain, Martín Cristal, Adrián Savino, Carlos Surghi, Esteban Prado, Pablo Natale, Leticia Ressia, Mariana Robles, Carlos Schilling, Juan José Becerra, Daniel Guebel, Flor López.

¿El libro muere con las nuevas tecnologías?, cómo impactan?
No creo que muera el libro, seguirá vigente en el formato que sea. En general sospecho cuando se instala un tema de manera masiva, hoy es el big data, las apps y todo ese bardo tech, habrá que estar atento a como envejece. Esa ficción de exactitud inexorablemente falla y ahí estará la literatura como un refugio, en el formato que sea, operando de manera misteriosa.


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