Recuerdos que trae el invierno: «Una parte mía quedó en Malvinas»

ENTREVISTA REALIZADA EL 2 DE ABRIL DE 2018

Hoy se cumplen 39 años de la recuperación momentánea de las islas. Ante la nueva política de la diplomacia nacional tendiente a «no limitar la relación con Gran Bretaña al tema Malvinas», hablamos con Daniel Ramón Alcantaro, que participó del conflicto y entro en combate en Pradera del Ganso (Goose Green en inglés).



Llegó temprano a la entrevista, pactada en un bar céntrico, con una bolsa repleta de medallas y diplomas de reconocimiento que luego desplegó sobre la mesa. El tema de entrevista comenzó de inmediato y sin mediar pregunta, apenas servido el café:

«Me faltaba un año para recibirme de técnico, yo trabajaba por eso en la casa del segundo teniente. Yo no iba a ir a la guerra, el 31 de marzo en el regimiento de infantería 8 de Comodoro Rivadavia nos despertaron a las 2 de la mañana y nos llevaron a unos containers cargados con todo tipo de armamento. Pensamos que era contra Chile porque hacia poco habíamos tenido conflicto por el Beagle. Entonces reincorporaron a la compañía ’62 que era la mía. Yo me ofrecí. Fuimos en un avión al que le habían sacado los asientos y llegamos justo cunado fue Galtieri de visita a las islas. Habremos llegado a las 8 de la mañana y a las 10 llegó Galtieri con (José) Gómez Fuentes (periodista del noticiero 60 Minutos) y Nicolás Kazancew (ATC). Al otro día a una sección los trasladaron en los Chinook (helicópteros) a Ganso Verde o Pradera del Ganso».



¿Usted quería ir a la guerra?, es raro eso

Si, era chico. Tenía un amigo en San Francisco que me decía «vos sos pelotudo, sos loco, eso es una guerra» y yo le decía «estoy podrido de estar acá, voy por lo menos y hago algo». Teníamos instrucción. Uno cuando es joven no le tiene miedo a la muerte ni nada. Era como un desafío. Hasta que el 1° de mayo tuvimos que el primer Alerta Rojo y un avión Sea Harrier tiró un montón de bombas y empecé a reflexionar que corría serio riesgo mi vida. Vi pasar mi vida, mis amigos mi viejo como en una película.

Ganso Verde fue el combate donde los argentinos no podían retroceder y los ingleses tenían que pasar si o si para no dejarlos a sus espaldas…
Pero no podían avanzar mucho. Mi sección era de 36 efectivos, sobre una cima frente a una hondonada. Por allí venían avanzando los ingleses que habían entrado del otro lado donde estaban el regimiento 12 y el 25. Atrás venía el mar que tenía 40 o 50 metros minados con antipersonal o antitanque. Nosotros estábamos en tercera línea de combate. Ellos tenían que avanzar y cuando se levantaban eran blanco fácil. En la pista en Darwin estaban todas las antiaéreas y cerca de 3500 efectivos. Los ingleses eran 8500 entre paracaidistas y comandos y el apoyo del bombardeo naval.



¿Cuántos eran ustedes en el pozo de zorro (trinchera)?

Eramos tres, en algunos lugares dos.

¿Cómo se siente un bombardeo?

Era costumbre ya, mi señora a veces se enoja porque llego cansado y a veces son las dos o tres de la mañana y recién me acuesto por el Síndrome de Estrés Post Traumático. El problema más grande eran las bombas de los barcos que cada vez iban acercándose más, haciendo huecos de dos o tres metros de diámetro. Sentíamos el ruido en el barco ¡pum! allá a lo lejos, el silbido y caía y explotaba. Primero caían las esquirlas y al ratito los cascotes de piedra. Nosotros teníamos que tirarnos al piso en esos casos. En una cayó justo delante de otro soldado en un pozo de zorro y la bomba quedó clavada en el piso y no explotó, fue un milagro.  Hasta el día de hoy pasa una hora de las 7 hasta las 9 que me quedo dormido en la mesa, pero después me levanto de golpe, como en alerta. Cada dos o tres noches caía una bengala que iluminaba todo y los yanquis sacaban fotos aéreas de nuestras posiciones con los satélites y aviones. Nosotros del 22 de mayo al 28 de mayo cambiamos 4 veces de posiciones por eso. Teníamos que cavar 30 centímetros que es turba y lo demás piedra laja. Para hacer un pozo estábamos 3 o 4 días. Además ahí brotaba el agua.



¿Hubo compañeros con pie de trinchera?

La mayoría, nunca nos sacábamos los borceguíes.

¿A qué distancia estaban de los ingleses?

100 metros más o menos. Yo tiraba una bazooka, no sé si herí a alguno.

¿Cómo fue la rendición?

Ellos tenían un misil que disparaban entre tres tipos, uno apuntando el láser y los otros disparando. En una de esas veo que disparaban hacia la (ametralladora) Mag y explota todo. Entonces quien manejaba la MAG sale caminando todo lleno de sangre, todo rota su ropa. En las filmaciones es quien está todo vendado en la cara, se llamaba Leyria, falleció el año pasado de una sirrosis galopante. Entonces empezamos a llamarlos a los de los otros pozos de zorro y no contestaba nadie. Se fue uno de mis amigos al otro pozo y no volvió. Había como un alto el fuego, ya era de día como a esta hora. Ellos no hacían movimientos, por más que el pasto estaba seco y estaban camuflados los veíamos. Yo quise salir, me empezaron a disparar, me tuve que volver, cuando voy al puesto de comando que estaba detrás de una loma estaba el sargento con una esquirla acá (señala la frente), el subteniente con una bala acá (cuello), dos cabos que uno estaba herido en las piernas y en el brazo, y tres soldados heridos, uno de ellos, Leyria. Había otro más que tenía una bala en el estomago que había quedado en el pozo. El subteniente estaba ya moribundo. Un grupo de siete se había replegado al pueblo para ver que es lo que hacíamos porque habíamos quedado incomunicados porque la radio casi nunca funcionaba bien. Yo no tenía más municiones. Entonces dijimos hay que rendirnos, ¿y cómo lo hacemos?, los FAL no tenían más lubricantes así que los teníamos que cargar como un rifle de a una bala.



No había oficiales al mando…

Yo con ese sargento estaba peleado porque la comida venía en unas latas y no podía ir cualquiera a buscarla porque eran todos campos minados. Cuando llegaba era todo agua arriba y lo espeso abajo, y el hijo de su madre este (el sargento) con otro chupamedias servían toda el agua sucia con un fideo a nosotros y se quedaban lo mejor. Entonces nosotros íbamos a una especie de habitación cerca del mar donde estaban todos los corderos faenados, en una cámara frigorífica. Hacíamos guardias y los robábamos. En una huerta sacábamos nabos y otros vegetales para comer. Todo eso lo cocinábamos en una lata de aceite Patito. Este (el sargento) una vez nos agarró y nos agarramos a piñas. Yo le iba a descargar el FAL una vez y me sacó el cabo primero y me puse a llorar, bronca mal con él. Y él mismo cuando estaba herido me dice sacá la bandera que no damos más. Yo no sé porqué, agarré una servilleta blanca con un palo la até y salí. Cuando salí empecé a ver las balas trazadoras, yo iba caminando y me pasaban al lado, y el cabo primero que estaba atrás me dice: «tirate al suelo boludo que te van a matar», y me tiré al piso. había un pozo cerca y me fui arrastrando  y me metí ahí . Yo sentía que las balas a todo esto seguían pasando, no sé si para asustarme. Cuando sentí que pararon, me paré con la bandera porque mi idea eran los heridos, si eso seguía no los atendían, en cambio si nos tomaban prisioneros ya los atendían, era otra cosa. Entonces me paré y veo un misil israelí que usaban para atacar las trincheras que se me acercaba. El cabo me seguía gritando que me tirara al piso y eso hice. Dejé la bandera ahí y me tiré al piso. Y cuando empiezo a sentir gritos levanté la vista y veo que venían avanzando ellos. Empezaron a sacar a todos de los pozos, nos iban revisando, nos daban vuelta, manos en la nuca y piernas abiertas, boca abajo. Eran como unos veinte. Nosotros eramos unos quince y los heridos los atendían en un pozo de zorro. De repente empezamos a sentir disparos, ahí pensé que nos estaban ejecutando, pero era otra columna de ingleses que no se había comunicado. Cuando nos incorporamos empezamos a cargar los heridos, y vemos en la hondonada que parecían hormigas, de a grupos de siete. El que tenía una herida en el estómago en realidad tenia una esquirla en la médula y no se daban cuenta. Hace poco me lo encontré en Comodoro y me dijo que en ese momento no se podía mover. Desde entonces está en silla de ruedas. Le amputaron los dos pies por el pie de trinchera, porque estuvo casi dos días a la intemperie. Estuvo todo ese día, toda la noche y al día siguiente.




Ahí se terminó la guerra para ustedes…

Ahí se terminó, fue el 28 de mayo. La primera noche la pasamos a la intemperie, al día siguiente quienes podían caminar iban caminando hasta  San Carlos como prisioneros, los que no podían caminar los llevaban en helicópteros. Primero llegamos a una granja donde nos hicieron dormir amontonados. En San Carlos los ingleses nos metieron en un campo de concentración. Nos sacaban fotos y nos filmaban. Ahí estuve con Seineldin. Estábamos en una factoría con paredes de corcho, adentro andábamos en cuero porque no hacía frío pese a que afuera habia 30 cms de nieve.

¿Cuándo se enteró de que Argentina había perdido la guerra?

Yo estuve ahí hasta el 4 de junio, ahí nos cargaron en un barco, el Norland, y dos días después de dar vueltas nos llevaron a Montevideo, ahí vimos los diarios y revistas donde se veía que nos estaban haciendo bolsa. El domingo 12 de junio, un domingo jugaba Argentina un partido en el Mundial, en Montevideo nos recibía la Cruz Roja que ya tenía todos nuestros datos, de ahí pasamos a un barco argentino y de ahí a La Plata. Nosotros no sabíamos nada. En La Plata tomamos un colectivo y nos llevaron hasta Campo de Mayo, íbamos escuchando Argentina-Belgica, el partido inaugural de ese Mundial.



¿Cuál fue su impresión cuando supo que estábamos perdiendo?

Y eso ya lo veíamos cuando nos tomaron prisioneros, era una supremacia total. Desde sus camperas camufladas y sus equipos.

¿Cómo los recibieron en La Plata y Campo de Mayo?

Nos hicieron «bailar» (disparar a los pies para hacrlos saltar) como a los colimbas recién ingresados, nos hacían levantar a las seis de la mañana y demoraban en darnos la ropa. Nos hacían hacer formación al pie de la cama: «ustedes siguen siendo soldados, la guerra fue una circunstancia, bla bla bla», los puteábamos mal. No podíamos decir nada, una época muy jodida. En la comida nos metían purgas para que fuéramos de vientre porque muchos habían comido basura en Malvinas. Yo vine con 10 kilos más porque nos inyectaban cosas. En cambio en el barco me metía las manos debajo de las costillas y me agarraba las costillas. Después nos soltaron y llegué a casa y vi la luz prendida, significaba que mi viejo estaba en casa, apenas me vio me dijo «qué haces che», fue la única vez que lo vi llorar.



¿Habló con algún marine?

Si en el barco, nos preguntaban porqué éramos tan chicos. De ellos el más pendejo tenía 23 años. A mi me gustaba mucho el rock, yo escuchaba Deep Purple, Pink Floid, soy fanático de los Beatles y conversábamos el tema de la música.

¿Quién los trató mejor, los oficiales argentinos o los marines británicos?

En mi caso particular los marines. Ellos tenían otro concepto de lo que es la guerra y la mediocridad del Ejército argentino, que es la peor fuerza que hay. La Armada son todos muy exquisitos, la FFAA son intermedios, y el Ejército son todos resentidos. Te trataban como una basura, hasta que establecíamos una relación. Vos necesitabas un encuentro fuera del profesional para acercarte a ellos. Los marines veían la guerra como un trabajo, «yo tengo que pasar esto y lo paso».



¿Sigue hablando con sus ex camaradas de Malvinas?

Muchas veces, hay una cuestión mágica. Yo como te estoy hablando ahora cuento y siento todo como si hubiese ido a Malvinas la semana pasada. Hoy nos vemos gordos, barbudos, pelados, pero los rasgos básicos quedan, vos te acordás de esas miradas, si vos no me defendías corría riesgo mi vida y viceversa. Era una cuestión de hermandad. Hace 34 años estoy viviendo de arriba, media parte mía está en Malvinas, la otra está acá. Para que nos llamen héroes tendríamos que habernos quedado allá. Hace diez años perdí un hijo, nació prematuro, me alejé de la iglesia y de Dios. Yo esta situación límite la viví, y una parte mía está allá.

Hubo muchos que se suicidaron después…

463 se suicidaron, yo tuve dos años largos de tratamiento, 89 y 90. Y parte de mi terapia fue darle educación tecnológica a los chicos discapacitados. Ahí fue un encontrarse, yo era un discapacitado más. La sociedad me hizo sentir un discapacitado más, no hubo contención. En esa época hablaba con vos, y después me encerraba y no hablaba con nadie. Esa terapia que duró diez años me hizo sacar lo malo,  vaciar mi cabeza y limpiarla.



¿Tuvo algún intento de suicidio?

Varios, había una voz que me decía que no, pero ya estaba a punto.

¿Pudo trabajar rápido?

En diciembre del 82 entré en la Fábrica Militar de San Francisco, el 2 de abril del 83 hicieron un acto, ¿vos te pensás que dijeron algo a los veteranos?, a un coronel le dieron una medalla y todos los honores, y nosotros también estuvimos, pero nada. Después con Alfonsín eso siguió con una política de Desmalvinización. Si vos eras un chico de Malvinas eras un «Chico de la Guerra» al que usaron, no sos nada. Sos un «loquito». En la Fábrica Militar tenía días malos y decían «déjenlo, estuvo en la guerra, así que yo me iba y hacía lo que se me cantaba».

¿Con Menem y los peluches a los kelpers?

Ese fue un hijo de mil putas. La indemnización que le dieron a los Desaparecidos nos correspondía a nosotros, la daba la ONU. Eran USS 250 mil. Nos dieron una pensión graciable, la 40/5 que es la mínima.



¿Hoy en día están reconocidos?

Económicamente si, hoy son 3 jubilaciones mínimas, unos 25 mil pesos, más 4 mil de la provincial. El tema es que ahora con el Pami está para la miércoles todo. El respeto de la gente común es mucho mayor que el de las instituciones. Nuestro objetivo en ese momento fue defender este país. Pero yo hoy no puedo hablar de Soberanía cuando estoy cagando al otro. Yo tengo que hacer mi parte para la construcción de la sociedad, no esperemos respuestas mesiánicas. Esto es una construcción entre todos. Hasta el año pasado yo fui concejal, yo no puedo borrar todas las cosas buenas que hicieron las gestiones anteriores. No hay un objetivo común. Vos tenés que pensar en construir una ciudad, y fue lo que nos paso el 15 de febrero y por eso me separé del equipo político donde estaba. Yo no podía hacer política en medio de la miseria y la catástrofe que había pasado la gente, llevar bolsones y entregarlos, yo no estoy defendiendo un pedazo de suelo sino una idiosincracia, una ideología.

¿Qué es la Patria?

Respeto al prójimo.

¿Qué día le pega más a un Veterano, el 2 de abril o el 14 de junio?

14 de junio. Es el día de la derrota, el fin de la guerra. Al principio era medio jodido, viste cuando sos un incomprendido. A otros veteranos les pasa igual.



La nueva política de este gobierno sobre Malvinas que dijo que no podía ser el único tema ni el eje central de la política exterior ni de la relación con Gran Bretaña, ¿Qué opina?

Yo tengo muchas cosas en contra de la gestión K, si robaron que vayan presos. Hoy hay un gobierno de derecha que ya sé para quién gobierna, y el anterior con errores y habiéndose choreado todo hacían cosas para los que más lo necesitaban. Ser pobre debería ser cuestión de opción, no de obligación. Hoy no hay plata en la calle, está muy jodida la situación. En ese contexto la nueva gestión no sigue la política de Cristina para diferenciarse, lo que te decía, lo que hizo el anterior está todo mal. Los K lo vivieron de cerca al conflicto porque estaban en el sur, acá no se ha vivido tanto.

¿Volvería a Malvinas?

Yo no voy a vivir a Malvinas, para vivir es terrible, el frío que hace es terrible. Tampoco quise ir a visitar, me cuesta económicamente y anímicamente.



¿Malvinas fue el error de un borracho?

Qué involucró a un montón de gente. Lo de la Tatcher era un error de borracho, pero le salió bien. Si salía mal tenía dos submarinos nucleares apuntando al continente, ella si o si tenía que ganar porque también tenía problemas en el Parlamento. Así también lo pensaron los militares, era una «tome y salga» donde vos demostrás interés.

Pero se quedaron…

Y si, vos vez dos días antes manifestaciones en contra del gobierno y el 2 de abril una plaza vitoreándolos, ¿cuántas revueltas sociales había y pasaron a vivar a Galtieri?



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