Martín Cristal: «en los últimos quince años hubo un auge de ediciones independientes»

Siguiendo con el repaso de autores locales que han publicado obras aquí y en el extranjero, hoy conversamos con Martín Cristal, escritor cordobés que ha vivido en México y recibido premios literarios en España. Aquí un repaso de sus obras.



¿Cómo está compuesta tu obra?
Es básicamente narrativa. En veinte años he publicado tres libros de relatos (que abrevan tanto en el realismo como en el fantástico y otros géneros); un libro para niños (El árbol de papafritas); una crónica breve sobre mi ingesta de peyote en el desierto mexicano; y cuatro novelas. Entre las novelas, las dos más recientes —Las ostras y Mil surcos, ambas publicadas por Caballo Negro Editora— integran una tetralogía. Actualmente estoy escribiendo la continuación de ese proyecto. Sobre todos mis libros se puede leer más en www.martincristal.com.ar.

¿De qué trata tu último libro?
Es la novela Mil surcos, que entreteje varias historias cruzadas sobre el trasfondo de las guerras y las migraciones del siglo XX. Esas historias desembocan en Córdoba, y son las de los antepasados y parientes de algunos personajes de Las ostras. Aunque Las ostras y Mil surcos se relacionan —ya que ambas forman parte de la tetralogía que estoy escribiendo—, cada una de ellas se puede leer de forma independiente.



Ganaste un premio recientemente en España, ¿por qué obra fue?
Por Aplauso sin fin, una novela corta. El protagonista es un viejo poeta olvidado que sobrevive en un rincón de las sierras de Córdoba. Un día se le presenta una última oportunidad para volver a mostrar sus versos en público y ser, de nuevo, “poeta ante los otros”. Pero a cada lectura pública que ofrece, va menos y menos gente… Esa tendencia fuerza ciertos límites naturales y provoca un cataclismo, tanto en la intimidad de Ibarra como en el entramado de lo real. En su conjunto es una fábula sobre el valor de los afectos, la vanidad en el arte y las molestias de la fama.

Actualmente está en proceso de edición en España; estimo que el libro saldrá en abril o mayo de este año. Espero que pueda reeditarse pronto en la Argentina.

¿Cómo es escribir y vivir de la escritura en Córdoba y Argentina?
Escribir es maravilloso en cualquier parte. Y leer es todavía más maravilloso, también en cualquier parte. Ahora, vivir de la escritura… debe ser lindo, supongo. Los escritores argentinos, en su gran mayoría, no viven de su escritura —entendida como los textos literarios que son producto de su propia inventiva—, sino de trabajos subsidiarios de la lectoescritura (talleres, clases, charlas, críticas, reseñas, como jurado en concursos, etcétera) o ligados a la industria del libro (vendedores en librerías, correctores de estilo, dictaminadores de manuscritos, editores, traductores, diseñadores editoriales, etcétera).



¿Qué tipo de lecturas consumís vos?, ¿Qué consume el lector promedio en Córdoba?
Hasta este punto de mi vida me ha interesado leer sobre todo narrativa; en menor medida también poesía, y algo de historia o ensayo. Entre los géneros narrativos, por el momento me he acercado sobre todo a la ciencia ficción, más que al terror, el policial u otros, los cuales no descarto explorar orgánicamente alguna vez (el año pasado, en los grupos de lectura que coordino, encaramos una seguidilla de policiales nórdicos contemporáneos). En cuanto al origen de las obras, un vistazo a mi biblioteca delata que lo que más leo es literatura argentina y, en menor medida, norteamericana (Estados Unidos y México).

Respecto del lector promedio de Córdoba, si tal engendro existe, no tengo la menor idea de qué libros “consume”. Supongo que hay públicos para distintas cosas y con escalas diferentes. A juzgar por las vidrieras de algunas librerías, los géneros romántico e histórico gozan de buena salud. También los libros (no literarios) sobre coyuntura política. En los últimos quince años, sin embargo, ha habido un auge de la llamada “edición independiente”, un circuito distinto, polimorfo, de donde han surgido la mayoría de los autores de las generaciones más jóvenes. Es un caldo de cultivo literario muy variado, al que vale la pena acercarse como lector.



¿Qué escritores internacionales y locales recomendarías?
Entre lo que he leído en los últimos tres años:

Internacionales: Svetlana Aleksiévich, Nicolás Cabral, Emmanuel Carrère, Ted Chiang, Lee Child, J.M. Coetzee, Daniel Espartaco Sánchez, Damián González Bertolino, Aleksandar Hemon, Yuri Herrera, Michel Houellebecq, Arnaldur Indridason, Kazuo Ishiguro, Denis Johnson, Ursula K. Le Guin, Ken Liu, Cormac McCarthy, Yasmina Reza, Renzo Rossello, Johan Theorin, Kurt Vonnegut Jr., Mary W. Shelley, John Williams.

Argentinos: Florencia Abbate, María Teresa Andruetto, Elena Anníbali, Francisco Bitar, Fabián Casas, Martín Felipe Castagnet, Mario Castells, Mariana Enriquez, Elvio E. Gandolfo, Joaquín O. Gianuzzi, Luciano Lamberti, Pedro Mairal, Mariano Quirós, Adrián Savino, Carlos Schilling, Samanta Schweblin, Hebe Uhart, Laura Wittner.

¿Inciden las nuevas tecnologías en los nuevos escritores? ¿En la percepción del mundo?
Por supuesto. Un ejemplo cercano a nosotros podría ser el libro Las redes invisibles, de Sebastián Robles. También se refleja en la abulia de los personajes de Tao Lin (que no me atrae para nada). O en algunos cuentos de Ken Liu, un autor genial —norteamericano de origen chino—, que ha sabido incursionar en la ciencia ficción de un modo inteligente y sensible a la vez, aunque ahora se está diversificando hacia el fantasy, así que seguro por estas pampas se empezará a conocerlo primero por esa faceta.



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