La vida en las Estancias Jesuíticas de Córdoba

Las estancias de Jesús y María y la de Colonia Caroya son dos de las cinco estancias jesuíticas cordobesas del interior provincial (Caroya, Jesús María, Santa Catalina, La Candelaria y Alta Gracia), las cuales, junto a la iglesia de la Compañía de Jesús, la Capilla Doméstica, el Colegio Nacional Monserrat y la Casa de Trejo, en la ciudad de Córdoba, han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por UNESCO, el 29 de noviembre del año 2000 y Museo Jesuítico Nacional.

Adquiridas en el siglo XVII por la corona española, estas estancias formaban parte de un complejo productivo que sostenía al Colegio Máximo y estaban en la puerta de lo que se conocía como Camino Real.

Por ese motivo hablamos con Carlos Cruzeilles que es investigador de las Estancias Jesuíticas de Córdoba para saber como fue la vida en esa época en la región, a pocos días del inicio de la Temporada que traerá innumeracbles visitantes a las Estancias de Colonia Caroya y Jesús María.

¿Cómo era la vida en las estancias de Córdoba?
Los actores principales de las Estancias son los esclavos, ocasionalmente había trabajadores conchabados: trabajadores libres que se contratan a cambio de un salario, o yerba o algún tipo de mercancía como telas o carne para realizar algún tipo de actividades consideradas más peligrosas. Por ejemplo si vas a herrar un caballo o a domarlo, si queda lesionado el trabajador los jesuitas tienen que hacerse cargo de ese esclavo de por vida, en cambio si lo hace un conchabado no había costo. La principal tarea de las estancias es ganadera, con cría de mulas para enviar a Potosí (Bolivia), para transportar plata del Cerro Rico. Las rutas son incaicas pero usaban llamas como transporte. Los Jesuitas introducen las recuas de mulas para hacer todo el transporte desde Tucumán hacia Potosí con mercancías. También sirve para el corredor Potosí-Lima. Aquí se cría la mula, se las prepara en Candelaria, la otra estancia colindante con Alta Gracia, y se envía al tablado de Salta donde bajan los comerciantes limeños a ofrecer telas, vinos u otros productos por mulas. Con eso se compraban luego esclavos en el puerto de Buenos Aires. La vida cotidiana estaba relacionada con eso, con mantener los puestos. La vida cotidiana está dada por las Ordenanzas del padre Andrés de Rada que indica que el trabajo es de sol a sol, con cierto descanso para comer. Eso no quita que haya algunas «fiestas de guardar»: los domingos son días de descanso, o fiestas propias de la estancia, siempre que las actividades no entorpezcan del todo la actividad productiva. Porque esta Estancia debía tener un superávit y generar un excedente para mantener el Colegio Máximo y autoabastecerse. Los jesuitas son pocos, había un padre jesuita encargado de la cuestión doctrinaria y un hermano estanciero que se encargaba de las temporalidades. El mayordomo era el intermediario con los esclavos, y capataces. Una jerarquización de funciones a cargo de mestizos, españoles o esclavos mismos que lograron confianza de los jesuitas y estaban encargados de puestos alejados al casco.

¿Cómo mantenian el orden con tan pocos religiosos en el lugar?
Había estrategias de control: si el capataz era negro se ponían peones libres o viceversa, para que no «aúnen criterios». Además no todos vendrían a recibir bautismos o misa. También que si se van a trabajar al puesto, sus mujeres y sus hijos queden en el casco, para que no se escapen. Esto, si bien es parecido a lo que hoy se conoce como «trata de personas», estaba legalmente amparado en esa época. Hoy los estados modernos no ampararían esto de ninguna forma, al menos en los papeles. Esto en cambio estaba avalado por el rey.

¿De qué se alimentaban?
Hay cosas que no sabemos, pero podemos decir que tenían raciones de carne, maíz y trigo, chuchoca (polenta de maíz), hay reses y carneros, toman chicha (costumbre andina) e incluso el uso de lengua quichua que incluso pudo ser introducido por los propios jesuitas.

¿Cómo era una jnornada típica?
Se levantan, hacen alguna oración, deben tener alguna doctrina relacionada con alguna cuestión, hacen su trabajo en el Obraje, en los telares, en el horno de tejas, de ladrillo o de cal, o puede ser en la huerta. Quienes trabajaban en los telares, en la rancheria (hoy el Espacio Solares), donde se los encerraba con llave por fuera. Había una relación asimétrica de amo-esclavo, más allá de la cercanía que ofrecían los jesuitas e incluso educación. Si los esclavos no responden a ciertas pautas o dificultan la producción, son vendidos, previo castigo.

¿Qué diferencias había entre los esclavos?
No es lo mismo un esclavo bozal, traído directamente desde el puerto de Buenos Aires, que un esclavo nacido en la Estancia. Había una política de paridad sexual para reproducir a los esclavos, eso figura en los libros de cuentas. Cuando cae la población masculina o femenina por alguna enfermedad como viruela, los jesuitas buscarán rápidamente equiparar el número. Hubo pestes que afectaron a todos, religiosos o no, según las Cartas Anuas o en las sesiones del Cabildo de Córdoba.

¿Cómo era su vida?
La recreación es controlada, la sociedad era estamental y la moral estaba muy reglamentada. Hay Cofradías de negros Cofradías de blancos, Cofradías de indios. Eran como instituciones que si bien eran laicas, se ponían bajo la administración de un religioso. Los cofrades tienen festividades pero también tareas de asistencia social: si un muerto de la misma Cofradía no tiene mortaja, tener una mortaja alternativa para poder enterrarlo. Que se les rece una misa en su muerte, la salvación era muy importante en esa época.

¿Tenían algún ídolo o patrono?
Si el patrono era San Baltazar, patrono de la comunidad negra, había actuaciones, festejos en su día. Se menciona en los libros el listón de tamareta (fuegos artificiales). Yo creo que la fiesta de los negros era la Epifanía del Señor, porque se presenta en enero, en la adoración de los reyes magos y se podría identificar con San Baltazar. También estaba San Benito de Palermo, que es un santo franciscano y también es negro. Candelaria tiene su propia fiesta.

¿Practicaban los famosos «Ejercicios» dede San Ignacio de Loyola?
San Ignacio de los ejercicios era el lugar donde los hombres blancos hacían los ejercicios espirituales, no en las Estancias.

¿Cómo se vestían?
La vestimenta no tenía un cuadro específica. Para los esclavos era rústica y acá se hacía todo: ovejas, lana, telares. Se iniciaba y completaba todo en el Obraje, aunque también pudo hacerse en el segundo patio. Se pedía que las mujeres no hicieran el esquilado porque podrían transformarse en una tentación para los estudiantes del Colegio Máximo que estaban de vacaciones o para los habitantes de la casa.

¿Hasta dónde llegaban las Estancias?
Las Estancias tenía una extensión difusa porque los jesuitas compran y venden tierras. Claramente llegaba hasta Traslasierras, Nono y el sector de Camino a las Altas Cumbres y llegaba hasta Ambúl, hasta Carlos Paz y bajando por acá. Era una superficie importante.

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