Agentina-Francia, con sabor a final

(ANSA) – KAZAN, 29 JUN – Francia y Argentina abrirán el fuego en octavos de final del Mundial de Rusia, duelo al que llega como favorito el subcampeón europeo, aunque preocupado por la resurrección del subcampeón mundial y su figura: Lionel Messi.



Un choque entre dos campeones del mundo en el que la cuestión anímica parece prevalecer por sobre el aspecto físico, rubro en el que el combinado galo parece tener ventajas pues su promedio de edad es cinco años inferior al del sudamericano.
Detalle a tener en cuenta sobre todo si el partido no se define en los 90 minutos porque, además, Francia llega más descansada que Argentina y logró su pasaje de ronda con mucho menos apremio que su rival de turno.
La «albiceleste» de Jorge Sampaoli avanzó con agonía con un gol sobre la hora que la revivió cuando parecía muerta y camino a seguir los pasos de Alemania, su verdugo en la final de Brasil 2014 que un día después se despedía de Rusia prematuramente.



Argentina, en cambio, logró seguir en carrera tras un arranque timorato en el torneo y la victoria, tan sufrida como imprescindible ante Nigeria en San Petersburgo, trocó depresión por entusiasmo en el seno del plantel.
«Jugaremos con el corazón, como frente a Nigeria, y con el cuchillo entre los dientes», prometió Sampaoli en la previa al apostar por un control del juego y del balón que evite los rápidos y letales contragolpes de la juvenil Francia. «Debemos jugar con pasión, pero también con fútbol porque de lo contrario será un partido físico que no nos va a convenir.
Teniendo la pelota, tendremos más chances porque la clave del partido está ahí, en el juego, donde todo nace», explicó.
«Francia tiene jugadores con mucha capacidad, decisivos sobre todo de tres cuartos hacia adelante que la convierten en un rival de temer. Su gran fortaleza es la velocidad de sus transiciones», advirtió Sampaoli.
«Son sólidos defensivamente, recuperan rápido y cuando salen de contragolpe llegan con muchos jugadores. Además tienen buen juego aéreo, pero por sobre todo una identidad colectiva, más allá de las virtudes individuales», completó.



La fórmula podría estar en lo anímico, explicó al asegurar que «el sentimiento por esta camiseta es tan fuerte que hace que nuestra selección sea temible para cualquier rival. Es un equipo decidido que no aceptará la derrota», destacó.
Respecto de los planes de Francia para anular a Messi, como anticipó su colega Didier Deschamps, Sampaoli respondió: «Seguramente será así. Ellos tratarán de neutralizarlo y nuestra misión será potenciarlo».
«Messi es Messi. Miren sus logros, sus estadísticas. Ojalá logremos neutralizarlo mañana. Sabemos que es un jugador con capacidad para marcar diferencias en espacios reducidos y definir un partido en un segundo», explicó Deschamps.



«Pero Argentina no sólo es Messi. Es un plantel con experiencia y un estilo de juego sudamericano, quiero decir que son guerreros», advirtió el entrenador de Francia, resumiendo las preocupaciones de su plantel.
«Varios de ellos están acostumbrados a jugar en un Mundial, mientras que nuestra selección no tiene tanta experiencia y esto no lo digo como excusa, sino para marcar una realidad, lo cual no nos impide tratar de hacer un gran partido», aclaró.
Capitán de la Francia que fue campeona mundial por primera y única vez, como anfitriona, en 1998, Deschamps confesó que el de mañana será su partido «más importante» desde que asumió las riendas del combinado nacional hace casi seis años.
«Mañana jugaremos un muy lindo partido, pero no el más importante. Lo que manda en el fútbol, siempre, es el resultado y los que nos precedieron para llegar hasta aquí ya no cuentan porque ahora todo arranca nuevamente de cero», destacó.



«En estos partidos, que son de vida o muerte, los rivales no se eligen. O se avanza, o se vuelve a casa», advirtió Deschamps, que espera no tener que hacer las valijas antes de tiempo y emprender el regreso.
El ganador del choque que animarán en Kazán, se cruzará en cuartos de final con el vencedor del que sostendrán más tarde en Sochi Portugal y Uruguay, otro campeón del mundo que saldrá al ruedo en esa jornada inicial.
Si Francia avanza, podría tener revancha de la final que perdió como anfitriona de la Eurocopa 2016 ante el combinado luso, pero si éste avanza y también lo hace Argentina, todos hablarán del duelo aparte entre Cristiano Ronaldo y Messi. Las otras combinaciones contemplan, además, la posibilidad de un nuevo «Clásico rioplatense», que reeditaría la final de la primera Copa del Mundo que albergó y ganó la «Celeste», una de las tres selecciones que avanzaron en Rusia con puntaje ideal.



Argentina, en cambio, fue la de peor rendimiento en la fase de grupos, pero la clasificación agónica elevó los ánimos y la presencia de Messi, además de la historia, obligan a no darla nunca por muerta.
Cerca de 35.000 fanáticos argentinos que las autoridades rusas estiman llegarán en estas horas por todos los medios posibles a Kazán, son un claro síntoma de que el sueño sigue vivo, aún cuando Francia sea la favorita de muchos.
Los antecedentes muestran que Argentina ganó los únicos dos partidos que jugó con Francia en una Copa del Mundo (1-0 en Uruguay 1930 y 2-1 como anfitriona en 1978), pero quedarán de lado mañana cuando la pelota comience a rodar.




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