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Villa Lila: Policial Costumbrista o las malas costumbres en lo policial – POR MARIANA VALLE

Villa Lila: Policial Costumbrista o las malas costumbres en lo policial.

La costumbre está enraizada a un modo de decir, de pensar, de actuar y de sentir, ligados a un lugar, generalmente a un pueblo o zona rural que es donde más abundan estas convicciones silenciosas basadas en la tradición.

Villa Lila, la película de Jordán Medeot, filmada con un celular y con actores no profesionales en nuestra querida y bella Saldán se apodera de esas costumbres para hilvanar una historia de excelencia al nivel de Hollywood.
En esta » Saldanópolis » (como se llama el sitio que la auspicia), abundan los primeros planos de gente «ignota» comentando el diario transcurrir. El realizador dice que no tuvo una intencionalidad sino que » se dio así por el material para filmar» (un celular) y para qué cada personaje » destacara».
Sin embargo es curioso. El primer plano sirve para acercarse a la profundidad de un personaje y es un shock para el público que observa las escenas con sus propios prejuicios citadinos: ¿Qué tiene de importante la gente de pueblo?, ¿acaso hay algo en sus vidas que merezca ser mencionado?
Por otro lado, estos prejuicios no hacen sino aumentar el misterio.
Si en el policial clásico o negro todos son sospechosos entre medio de las grandes urbes( como decía Poe). Entonces, ¿dónde se oculta un criminal entre esa gente cuyas vidas son «tan minúsculas» que no podrían acceder al primer plano del asesino para un policial de Chesterton o Agatha Cristie? El clima es enrarecido. Los bailes, los bares, los » chusmerios» acrecientan la tensión y el suspenso.
Cómo Walsh y sus » no ficciones», en especial, Quién Mató a Rosendo se teje un documental que maneja los murmullos como el eco del río.
A la manera del gran Pasolini, los actores que no son actores nos interpelan desde su cruda humanidad: sus pequeños vicios y sus actos ruines
La historia empieza en los 70; en plena dictadura militar. En un momento en que las cosas se ocultaban debajo del colchón mientras algunos jóvenes «desaparecían» y otros se divertían escuchando Palito Ortega. Medeot dice que hay una dictadura del pensamiento que aún perdura. Y eso quiso reflejar en su obra ( también escrita por él)
Las malas costumbres del pueblo llevan al crimen y al ocultamiento.
Lectores pueblerinos y citadinos: no se pierdan esta joya del cine cordobés con olor a peperina y genuino acento cordobés.

Mariana Valle.
Dra. En Letras
Crítica Literaria
Novelista y poetisa.
www.ladoctaliteraria.blogspot.com.ar

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