La decisión tomada a mediados de año de bajar el nivel del dique La Quebrada para prevenir posibles desbordes como consecuencia de la temporada de lluvias, ha ido en desmedro del principal espejo de agua de la región desde el punto de vista turístico.
Se observan bancos de lodo cerca de algunos embarcaderos, dificultando la navegación en kayak o botes. En otros lugares, se aprecia como día a día se reduce su nivel por el consumo de agua de la gente de la zona, y se aprecian sectores donde antes hubo agua y ahora hay piedras y arena donde es difícil hacer pie.
Fotos: D. Andrés/José Ray