Homenaje a la docente desaparecida Paloma Alonso en Unquillo

Desaparecida por el terrorismo de Estado, la hija del pintor Carlos Alonso era maestra jardinera; dedicó su corta vida _truncada a los 21 años por los asesinos de la dictadura_ a la enseñanza de los niños más humildes. “Su compromiso social, la llevó a los 16 años a viajar a Perú para alfabetizar a los indígenas; entre sus alumnos había personas de 56 años y de más edad también”, recordó su hermana Mercedes Alonso, que la caracterizó como “un ser libre”.
Paloma merecía este homenaje y que se realizara en una escuela pública no fue casual. Después del Himno Nacional que cantamos a viva voz junto a los alumnos, a su hermana, a los amigos, a las y los docentes, la emoción fue incontenible con “El silencio”, en la trompeta de un profesor de la escuela.



Un día antes del 24 de marzo, en el IPET y M N° 78, de Unquillo, la hermana de Paloma descubrió una placa que quedará para siempre como un mojón a su memoria,
No podían faltar las palabras conmovedoras de su gran amiga Chichi Montenegro. La recordó en los juegos de la infancia. “Yo me enteré tarde de lo que había pasado y todavía la espero. No he podido hacer el duelo, no se puede hacer con un desaparecido. Paloma no creció más, no llegó a su madurez. Es una herida abierta”, expresó, y cerró con un esperanzador mensaje a los alumnos y el deseo de que las cosas mejoren.

(Las fotos pertenecen a un video que realizó un alumno de la escuela)



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