Vecinos de esa localidad denunciaron el nuevo modus operandi de delincuentes para lograr ingresar en las viviendas de sus víctimas ganando la confianza de sus moradores.
En este caso la paradoja es que utilizan la paranoia reinante sobre la inseguridad para robar. En muchos barrios de la ciudad los relatos de los vecinos son coincidentes acerca de una mujer que toca el timbre para solicitar firmas de los vecinos pidiendo medidas contra la inseguridad.
Una vez que la mujer gana la confianza de los dueños de casa, por detrás de ella aparecerían entre dos y tres personas de sexo masculino forzando al propietario a ingresar al hogar, donde es reducido y despojado de sus pertenencias.